PRÓLOGOS DE JUAN TAMARIZ
A LA EDICIÓN DE
EL ARTE (ORAL) ESCÉNICO DE
CONTAR CUENTOS
.
.
DEL
HOMBRE
.
Érase una vez un cuento
que contenía todos los cuentos. Y todas las magias. Porque quien lo contaba, y
al contarlo, irradiaba magia sin cuento.
.
Cuentan,
y no paran de contar, de este hombre que narra cuentos llenos de poesía, los
cuentos y él, llenos de ternura, él y los cuentos, absolutamente mágicos, los
cuentos, los oyentes y él.
.
Fue hace mucho tiempo,
cuando le encontré encaramado a un escenario, allá en las altas montañas de los
Andes, en Bogotá, enfrentándose a la hermosa y difícil tarea de convertir un
público que iba a reírse con chistes en un público que pudiese gozar con sus
poéticos cuentos.
.
¡Y cómo lo transformó!...
.
¡Plis...! ;Plan...! y ya
está.
.
Aquellos
hombres y mujeres que tan sólo momentos antes reían con los chistes más o menos
subidos de tono de los cómicos, se emocionaban con los cuentos de amor y de
humor de aquél hombre vestidito de negro, tímido y tierno, tan solito él en
aquél escenario tan frío y gigantesco.
.
Pues no habían pasado más
que escasos minutos y aquellos hombres y mujeres aplaudían entusiasmados a
aquél hombre todo vestido de negro, tímido y tierno, tan gigantesco y cálido,
en aquél escenario mágico lleno, llenísimo ahora, de los personajes de sus
cuentos: el matemático, y el mago, y el político, y el campesino, y tantos y
tantos otros...
.
Porque gracias a lo que
emanaba de su persona, gracias a la magia de sus palabras, gracias al arte
bellísimo con que narraba sobre aquella escena, Francisco Garzón Céspedes,
poeta y amante, había realizado la transformación de todos nosotros y de
nuestro estado de percepción; nos había hecho entrar en sus cuentos, nos había
emocionado, nos había provocado a pensar, nos había encantado y encuentado.
.
Y colorín colorado este
prólogo se ha acabado.
.
.
DEL
ARTE
.
La narración oral
escénica de cuentos es un arte nuevo de remotísimos orígenes. Es una de las
artes escénicas, hermana del teatro, del mimo, y, naturalmente, de la magia.
.
Decía el mago Robert
Houdin, el célebre mago francés del siglo XIX que un mago es un actor que
representa el papel de brujo, y así ha sido repetido por teóricos de la magia
escénica y magos en general. Pero ésta es una frase con trampa (nada raro
proviniendo de un mago). Un mago tan sólo es un actor que representa el papel
de brujo cuando está representando algún sketch u obra dramática, solo o con
otros actores; pero no, evidentemente, cuando se dirige al público como
interlocutor, sin cuarta pared, sin guión previo escrita, variando su charla de
acuerdo con las intervenciones del público, haciendo participar activamente a
los espectadores en sus juegos, haciéndoles subir al escenario, o bajando él
mismo al patio de butacas, modificando el juego de magia que está presentando
según las reacciones del público y, sobre todo, no representando ningún papel
ajeno, sino simplemente hablando y siendo él mismo, con su propia personalidad,
edad, carácter, etc...
.
Y así pasa con el
narrador oral escénico de cuentos, como Francisco Garzón analiza de forma
magistral en uno de los capítulos de este fundamental tratado sobre el nuevo
arte. Fundamental por su importancia; y fundamental porque es el propio Garzón
el fundador de este arte.
.
Este libro es muchas
cosas a la vez: autobiográfico a veces; de aventuras continuamente; teórico y
analítico las más e histórico en su conjunto.
.
Cualquiera que se
interese por una aventura personal extraordinaria, o por las artes escénicas, o
por la magia de los cuentos, o por la poesía, la ternura o el amor, hará bien
en respirar hondo tras la lectura de éste a modo de prólogo en dos partes, ya
bastante más largo de lo que yo quería, para zambullirse de lleno en el mundo
nuevo, que nos trae este poeta cubano (del nuevo mundo), en los entresijos del
nuevo Arte de la Narración Oral Escénica de Cuentos.
.
Porque, os cuento:
.
“Érase que se era...”
.
Y se abre el telón.
.
.